Con la normativa actual, en España, para alquilar o vender un vivienda es necesario tener el certificado energético de la vivienda.
Al igual que lo que explicamos en un post anterior con las etiquetas de los electrodomésticos, estos certificados también poseen unas letras que van desde la A hasta la G.
Estas letras son "La escala de calificación energética" y mide el consumo de energía que se considera necesario para satisfacer la demanda energética de nuestra vivienda, así como sus emisiones de CO2, en condiciones normales de uso.
Lo que se hace es un cálculo donde se mide la energía que se consume al año en términos de calefacción, la refrigeración, ventilación… etc. Se recoge esta información de emisiones, de CO2, y se divide por los metros cuadrados del piso o vivienda para ese año. Según el resultado se clasificará a la vivienda con la letra correspondiente, así tendremos la A para la mejor nota (al igual que los etiquetados de los electrodomésticos) y la letra G como la peor calificación.